Algo inesperado ocurre. El amo de las bestias de Vlad aparece y amenaza con aplastar a Oga y su comitiva, pero justo en ese momento Beel pierde la razón, su mirada se concentra al límite y su cuerpo crece en muchos, muchos metros. Tan grande como el amo de las bestias, Beel le planta cara a su rival en un encuentro de puro poder y tamaño. Oga, que se encuentra en la cabeza de su hijo, dirige el ataque y da instrucciones a Beelzebub.. ¡Esto promete ser un encuentro muy destructivo!

Mientras esta balla colosal sucede, Hilda permanece en casa de los Oga intentando contactar a Lamia y al resto, pero no consigue entablar ninguna conexión. En el fondo, está preocupada por sus amigos y les desea buena suerte, que tengan cuidado.. En esta ocasión, no podrá intervenir en lo más mínimo.

Regresamos a Vlad. Los papeles han cambiado, Beel antes observaba y confiaba en Oga, sin poder ayudar directamente, sin prestarle sus poderes. Ahora Oga es otro espectador más y su hijo es quien tiene el control de la escena, aunque claro, siempre siguiendo los consejos de su padre. Beel suelta una patada que impacta el rostro de su enemigo. Consigue hacerlo retroceder y derramar líquido vital. Todos miran horrorizados, los habitantes de Vlad no pueden hacer nada para salvar a su ciudad, mientras que Furuichi y Lamia tienen los ojos en negro por la sorpresa extrema. Lo peor, Oga lo está disfrutando.

Beel no espera a que el rival se ponga de pie y le suelta una tacleada, luego un puñetazo, después un codazo de espaldas, luego sujeta las piernas del pobre enemigo y le hace una llave de lucha libre que lo deja vencido. Beel levanta el puño derecho en señal de victoria, está lleno de adrenalina, emocionado al límite. Aún tiene mucha fuerza por liberar y debe hacerlo cuanto antes.. 

Abajo, en la tierra de los mortales, Furuichi enfrenta galante al lider de la pandilla de secuestradores. Su táctica es lucir impresionante, cubre la mitad de su rostro con su mano izquierda, mientras suelta un montón de palabras sin mucho sentido. El maleante saca un cuchillo y claro, el héroe galante se arrepiente de tener esa bocota tan grande, pero para su fortuna, el maleante es aplastado por el pie de Beel. Por poco también mata a Furuichi, que se queda en su pose conquistadora varios segundos conteniendo la respiración, con tanto miedo que no puede moverse, aunque Beel no dejará ya a nadie con vida, ha perdido el control, Oga nunca lo tuvo después de todo.

Beel comienza a destruir toda la ciudad de Vlad, arriesgando las vidas de todos y está a punto de aplastar a Lumia. Ni la invervención de Oga (que fue arrojado al suelo hace algunos instantes) consigue detenerlo. Beel lloraba no hacía mucho por su despedida con Lamia y ahora sin conciencia está a punto de matarla, junto con su padre.. junto con muchas personas. Pero justo en el momento más crítico, el extraño guardaespaladas de la pandilla Vlad interviene y detiene, con una sola mano, la embestida de Beel.