EN HORABUENA MEXICANOS, ES 20 DE NOVIEMBRE (20 nov. 2005) |
Hoy es un día histórico en mi país tan importante que incluso es reconocido en el mundo. No abundaría en detalles sino fuera por la repulsión y verguenza que me causa el presente en el que vivimos. Eran principios del siglo 20, México yacía bajo el yugo del Caudillo Porfirio Diaz, celebre por haber expulsado, junto con el "venerable" Don Benito Juárez, a los franceses de México, aunque la historia bien podrá recordarlos por tal hazaña, el pueblo jamás les perdonará el haberse puesto tan servicialmente a los pies del águila del norte, acatando cada mandato que de ella proveniese. La relativa estabilidad y modernización que entrañaba en su interior el gobierno del caudillo no era más que una tapadera de los problemas internos que cada día se hacían más y más notorios, empero, parecía que nadie podría quitarlo del poder sino el mismo país del norte que se lo había otorgado...Entonces surgió la figura pura y entrañable de uno de los verdaderos revolucionarios que ha tenido esta patría, Francisco I. Madero, autor del célebre libro La Sucesión Presidencial. Francisco buscaba crear un precedente en México, un antes y un después, terminar de una buena vez con los bárbaros que ha base de terror y asesinatos llegaban a la presidencia, y que una vez en ella usaban su poder fruto del apadrinamiento con el águila del norte, para hacer su santa voluntad, Esto debía acabar, la democracia que vendría con Francisco aseguraba un futuro prometedor. Se acabaría la reelección, (bandera de Francisco era la frase creada por José Vasconcelos, "Sufragio Efectivo, No Reelección"), vendría el progreso, la no intervención extranjera en los intereses del país, la libertad de expresión, la democracía, cultura y educación a las nuevas generaciones, una reforma agraria completamente ajena a los términos que se querían imponer desde el extranjero...en fin, era el inicio de la epoca dorada del país, Todo esto fue aplicándolo Francisco al llegar a la Presidencia, pero fue un punto en particular el que le costaría muy caro. La no intervención extranjera. Era tradición que el embajador en turno del país vecino las hiciera de vocero oficial de su jefe inmediato y diera órdenes al Presidente Mexicano en turno Pues bien, esta tradición se acabó con Francisco I. Madero, quien no se dejó influenciar por el embajador Henry Lane Wilson, famosa cita de una plática suya con Vasconcelos es esta: "No se imagina, la serie de impertinencias que ya le hemos tolerado (refiriéndose a Wilson); por último, el otro día quiso levantarme la voz y no le consentí...Ya se irá dando cuenta de que pasaron los tiempos de don Porfirio. Ahora no manda en el país el embajador..." El que Madero no se dejara influenciar en lo más mínimo por las presiones extranjeras, sería lo que acabaría con su vida. Aunque varios caudillos recelosos de Madero planeaban en su contra, Orozco, Zapata, Félix Días...Huerta...Ninguno de ellos habría conseguido acabar con Madero de no haber sido por la intervención de esa sombra ridícula y patética de Lane Wilson. La embajada extranjera fue cuartel general para la más vil de todas las traiciones a lo bueno y puro que había en el país. Con cinismo propio de la infamia que les precedía se fueron concentrando los conspiradores y no sólo eso, sino que apadrinados por Wilson firmaron la canallada del Pacto de la Ciudadela, trato de infelices, convenio de aquellos mediocres que no podían creer que una persona como Madero se saliera con la suya, Ese "débil" Madero que le había perdonado la vida a sus detractores, en lugar de fusilarlos a la usanza de los asesinos que había tenido el país por presidentes, ese mismo Madero, que creía ciegamente en la democracía que el mismo había creado, ese mismo Madero que daba por fin el primer paso hacia la educación del pueblo ignaro y la chusma, ese Madero que no se había enriquecido a costa del pueblo,,, pero sobre todo, ese Madero que le ponía un hasta aquí a las pretenciones de sus vecinos del Norte por controlar nuestra patría...Ese Madero...ese Madero causaba el odio de esa gente pequeña e insignificante, con ridículas aspiraciones de poder, que buscaban su beneficio personal a costa de lo que fuera. Y así fue como sucedió la más repugnante traición al sentir del puebo Mexicano. El famoso cuartelazo de Huerta, Felix y Wilson, llevado a cabo el 15 de febrero de 1913, Una semana después, Madero sería asesinado, "se expulsaba el sistema maderista a la vez que se acababa con el hombre. Se arrasaba lo que tenía de extraño, desusado, aquello de no lucrar con el bien público. La novedad de no colgar a los rivales de los árboles de la plaza pública, bien merecía el escarnio" (1) . Después vendrían los que si se pregonarían como revolucionarios, verdaderos asesinos de la patria, Huerta, Carranza, Obregón, Calles, Cárdenas...un largo y patético desfile de traidores a los intereses del pueblo, de asesinos despiadados capaces de cualquier cosa por mantener el poder. Así se pasó de la época dorada de Madero al obscurantismo y sombra de los que le siguieron. Triste futuro le depararía a México con semejantes protagonistas... Bien podría haberme extendido más en este relato, una poquitera página no basta para un momento histórico tan importante, más sin embargo, aun a sabiendas de que esto nada tiene que ver con el giro de esta página, he posteado esta noticia por la tristeza y repulsión que me da escuchar hablar a mis compañeros escolares, de trabajo he incluso conocidos diciendo "¿Madero el déspota? ¡Que bueno que nos libraron de semejante sujeto!", o el aún más hostigante "20 de noviembre...y que jodidos se supone festejamos hoy, ¿la independencia de México?". Gente que se exalta y exterioriza su amor a la patria por sucesos tan ridículos como el de Fox y Chávez, pero que no puede comprender su pasado, el sufrimiento de los que en verdad lucharon por un México mejor...y mucho menos comprender que el presente que vivimos no es fruto de la casualidad... Menos mal no tengo que rendir cuentas a webmaster alguno, y hago con mi web lo que crea conveniente, un poco de cultura nunca está de más. Algún día, cuando esté lo suficientemente preparado, espero usar la imprenta para escribir lo que aquí no he podido hacer.
[1] Ulises Criollo - José Vasconcelos, pág .323
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