IZUMO, SERIE DE TV |
Título: IZUMO: Takeki Ken no Hirameki, Sección de la serie de TV.
Director General: Tsuneo Tominaga.
Capítulos: 1-12.
Lanzamiento en Japón: 12 de Abri, 2005/28 de Jun, 2005.
Sección elaborada por: Seiji Ibiki. |
No se necesitan grilletes, ni puertas para encerrar a quien ha perdido la libertad atado, vencido al pasado. No hay justicia en este mundo, como tampoco hay sentido en aferrarse a ella, esperando en vano consuelo, un instante de reconocimiento universal, grito desesperado de retribución. Derrotismo disfrazado de soberbia, nada cambiaría a mi alrededor si no existiese o sí subitamente respirara por última vez. ¿Soñar? Tierno deseo, creer que soñar es lo que le da sentido a la vida.. tantos sueños que están fuera de mi alcance y los pocos que me daban aliento a diario me han sido arrebatados. Al final todo puede reducirse a circunstancias, esfuerzo aparte o insuficiente. ¿Lo vivido nadie te lo quita? Otro placebo para alimentar a un alma famélica, que había gastado cada pedazo de energía en aquello que creía abriría las puertas de su felicidad, de su destino. Una apuesta arriesgada, poner en juego todo por aquello que valía la pena ha dejado al viajero a la merced de su propia cegera, de su propia inocencia. Tantos años sobrepasados. En alguna parte del mundo debería existir alguien que entendiera el significado de esta derrota, pero en un mundo alejado de los debieras, poco cumple con lo ideal y la indiferencia es casi un alivio frente al menosprecio. Y así, como un sonámbulo de los sueños, atrapado en su somnoliencia, desesperado por despertar, pasaba horas caminando en mi casa, círculos y círculos que no conducían a nada en mi mente, tampoco más allá. Ideas lúgubres me recorrían una y otra vez, buscaban dominarme. No quería consuelos, no quería alternativas, no quería otra cosa. El peor pecado de soñar, es creer que las cosas realmente se darán por derecho, cuando merecerlas no implica ninguna pertenencia. Me recostaba en mi cama y un sueño más profundo sólo conseguía hacerme regresar con lágrimas. ¡Qué difícil es aceptar que has perdido, cuándo no has conseguido ninguna de las tres cosas que todo hombre busca! Miraba mis manos con impotencia y las paredes de mi encierro se extendían hasta dónde mi vista se confundía y perdía. Caminar por la ciudad intentando perderme sólo conseguía horas y horas de agotamiento sin sentido. Cada calle y cada encrucijada parecían irrelevantes, la gente pasaba a mi alrededor sin importarle, sin importarme. De pronto los colores se habían apagado y todo se tornaba insípido, oscuro, hasta desaparecer. Me sentía una vez más sólo, rodeado de nada, en el centro de. Quería gritar y llorar, desquiciar y destruir ese todo ese semblante gris que se dibujaba a mi paso. ¡Como deseaba perder interés en todo lo que había sido importante para mí hasta ahora! ¡Dejar de sufrir y mandar todo al diablo! |
Al despertar y darse cuenta que estaban muy lejos de casa, Takeru notó que el no había sido el único que había abandonado su viejo hogar. A Takeru lo acompañaban tres chicas más, Seri, amiga suya de la infancia, Azuka, hermana de su íntima Kotono y Mai, chavita misteriosa y de la que poco a poco se irán desvelando todos sus secretos. El grupito, aún sin sobreponerse del impacto inicial de verse lejos de su mundo, pronto se ve en aprietos, un grupo de demonios, acompados de unos extraños espíritus, les ponen el alto y amenazan con quitarles la vida. |
Takeru intenta hacerles batalla, pero es interrumpido por Takeshi, quien acompañado de Kotono, intenta ayudarles. Se produce una de esas escenas llenas de confusión, en donde nadie atina a lo que está pasando, hasta que al poco tiempo aparece la chavita esa que tanto Takeru como Takeshi habían soñado antes... después, una pequeña explosión hace presencia y Takeshi y Kotono son absorvidos por ella. El grupo se ha dividido, pero aún así las cosas no han acabado, no hay tiempo para lamentaciones, puesto que los espíritus estos no fintarán más y ahora sí atacan sin compasión al grupo. Cuando parecía que les darían muerte, aparece la figura salvadora de un joven, que les cubre la espalda y les aconseja huir. Takeru y compañía no lo piensan dos veces y salen corriendo de allí. |
Los chavos estos, después de correrle el buen rato, son recibidos en las afueras del lugar por una niña simpática, de esas que pronto inspiran la mayor de las confianzas. Después de presentarse como Sakuya, Takeru y los demás la siguen, y al poco tiempo se enteran de todo. El joven que los ha salvado es Kagutsuchi, y la niña que los ha recibido es hija suya. Ambos pelean por un único ideal de derrotar a los espíritus malignos que planean acabar con el mundo Nenokuni. Así es, el grupito ya no está más en su mundo, ¡ahora se encuentran en el mundo de los "no vivos"! [Continua, Página 2]
|