Suzumiya Haruhi no Yuuutsu - Reuniendo a la Brigada SOS

Los Tendo, los Saotome, Kuno, Ryoga y Mousse, toman unos días de vacaciones en el templo de los hongos, claro, un lugar lleno de sabrosos especímenes que crecen por doquier, pero que también supone un riesgo. Hay mucho hongo venenoso por allí y andar comiendo cualquiera por puro capricho puede conducir a la muerte. Lo mejor es que un recolector experimentado se encargue de la selección de hongos y aunque el recolector tarda un día en llegar (imaginen a Akane, Ranma, Ryoga, Kuno y Mousse esperando todo ese largo día, peleando entre ellos..) al final su recolección es tan deliciosa como mortal.

La hora de la comida es sorpresiva. Todos ingieren los hongos que el recolector ha recomendado y caen al suelo envendenados, inconscientes y con una fiebre peligrosa.. lo extraño es que Ranma y Akane están concientes, nada les ha pasado, así que entendiendo que sus familias y amigos corren peligro, se apresuran a lo alto de una colina cercana, a recoger un hongo gigantesco que funcionará como antídoto.

Los chicos salen de rescatistas a toda velocidad, aunque a los pocos minutos de su partida llega el recolector local y rescata a los envenenados, con antídoto en mano. Ya despiertos, se dan cuenta que Ranma y Akane no cayeron inconscientes porque han comido otros hongos muy distintos, hongos del amor, veneno a final de cuentas, pero con otros efectos, así que también necesitan un antídoto, ya que si pasa del atardecer y no lo han ingerido, sus cuerpos retendrán para siempre el veneno amoroso. Ya pueden salir Ryoga y Kuno casi infartados y corriendo a marchas imposibles, para alcanzar a Ranma y Akane antes de que sea demasiado tarde..

Akane y Ranma desconocen que ya todos se encuentran a salvo, también que han comido algo que los obligará a amarse, psdo pasan unos minutos y comienzan las pruebas de melosidad, primero es un "sweet baby" soltado al aire, luego un "honey" de respuesta inmediata. Los chicos se abrazan, caminan de la mano hacia su objetivo y Kuno y Ryoga no pueden hacer nada para detenerlos, es más, la cosa se pone más seria a medida que escalan la colina.. se preocupan mutuamente, intentan rescatarse y ponen en peligro sus vidas por salvar la de su pareja y en algún punto, hablan de matrimonio, de sellar un pacto de amor que es imposible frenar un sólo segundo más.

Así regresan con sus familias, cargando el antídoto y su amor indescriptible, mientras sus padres preparan ya la boda. Están a punto de casarse y a unos segundos de que el efecto de los hongos sea permanente, justo cuando Nabiki mete su cuchara. No es justo un amor impuesto, aunque en realidad se le esté vendando y dándo un empujonsito. Nabiki los reta a comer el antídoto, para probar que su amor es verdadero y Ranma y Akane caen en la tentación, seguros de que nada cambiará..

A unos segundos, Nabiki regresa las cosas a la normalidad. Ni beso, ni boda, ni más manos pegadas, ni abrazos ni nada, el par come el antídoto y luego luego empiezan a gritarse de cosas y medio odiarse. Pero sólo medio, a estas alturas poco más se puede conseguir que una aparente distorsión a la realidad, que desde cualquier otra perspectiva es ya demasiado obvia. Guardemos su encanto para otra ocasión, que se aproxima y velozmente, para antes pasar al tercer relato fabuloso, en el que el papá de Ranma por fin abre un poco los ojos y se da cuenta que su hijo lo ha superado.

Genma admite que su hijo le ha superado en habilidades y se retira a un entrenamiento reflexivo, que degenera en una contienda que hace brotar sentimientos del pasado y otras cosas no tan bonitas ni elegantes, que terminan en una batalla sentimental, un tanto interesante. Hay cariño entre estos dos, por supuesto, también momentos valiosos y mucho se deben entre ellos. La pelea refresca un poco la memoria de ambos con algo de hilaridad y las cosas regresan a su notable normalidad.

Nada de fantástico hubo en esta pelea, pero la fantasía habrá de emanar, una vez más, de Akane. Cocinera por excelencia, Akane ha conseguido la receta de unos pasteles de cereza (sakura-mochi) que pueden indicar cuál será su amor definitivo, quién de todos los hombres que la pretenden es realmente el indicado.. ¡Hay que cocinarlos pronto para que Ranma los pruebe y nos saquemos de una vez todas las malditas dudas! El chiste del pastelito es que una vez ingerido, se encargará de inspeccionar a fondo el destino de su cocinera y si el chico que ha comido el pastel es el destinado para pasar el resto de su vida con ella, aparecerán unas marcas de pétalos de cereza en su cara.. pero si no es el indicado para albergar y corresponder a un amor tan puro como el de Akane, una cruz negra teñira su cara.

Suena interesante y aunque Akane se niega a creer cosa más absurda, al poco tiempo la domina el deseo de cocinar y comprobar si Ranma es el "elegido". Da un poco de miedo ver a Akane en la cocina, pero la primera orden de sakura-mochi es servida y Ranma sale corriendo por mero instinto, mientras el colado de Kuno come algunos bocados y se desmaya por el sabor.. una cruz cubre su cara.. NO es el indicado y el producto parece funcionar..

Y ya que andamos en eso, Ranma se entera de qué trata toda esta adivinación y se niega doblemente a comer estas cosas, supuesta comida. Akane no puede estar más cautivada por su futuro y persigue a Ranma, arrojándole algunos sakura-mocchi para ver si caen en su boca.. pero oh sorpresa.. aparece otro colado y se los traga, es P-Chan, que medio envenenado y medio muerto sale corriendo y se da un baño caliente, para regresar a tranquearse a Ranma por hacerlo tragar un infierno en forma de pastel. Algo curioso ocurre entonces, su cara.. ¡Tiene marcas de pétalos de cerezos! ¡¿Es Ryoga el hombre indicado para Akane?! - - (Continúa Página 46)