Oga y compañía siguen perdidos en el mundo de los demonios, en la Guarida Vlad. Han caido ahí por accidente y no han tardado en meterse en problemas. Golpear a uno de los guardias Yoppuru ha servido de alerta para numerosos demonios que ahora los asechan y la única escapatoria es encontrarse con la hija de Aliandelon.. Ahora que su padre ha muerto, no les queda otra opción.

Hilda les dicta, por medio del celular, las cordenadas para encontrarse con su salvación, pero el camino es tan complicado como pintaba el horizonte. Los chicos escalan un árbol gigantesco, en el que cada rama significa una encrucijada, después deben pasar pór decenas de árboles, todos envueltos como en una danza hipnotizante, que oculta cualquier posibilidad de escape y orientación. El camino correcto es complicado, pero el dilema a discusión no es otro que Aliandelon.. Una de dos, o se transportó a otra dimensión para sanar, o está muerto.. bueno no, no les importa eso, más bien la curiosidad es saber que tan fea puede ser su hija. Se la imaginan como él, quizás con menos bigote, lapiz labial y un peinado más mono. Los músculos sirven para muchos propósitos, como mostrar un atractivo pecho.. 

.. Cosas infames aparte, la conversación degenera en eso y más hasta que llegan a una pequeña cabaña, enmedio de todo este caos vegetativo. Es la casa de Alaindelon y es muy sobria en apariencia, pero dentro su hija está realizando una investigación sobre bestias antiguas que circundan el lugar.. y bueno.. llegar con ella es imperioso, así que los chicos se apresuran dentro de la casa. Están ansiosos, contentos.. pero al abrir la puerta se encuentran con un caos peor que el de afuera. La mesa está volteada, roperos, trastes, sillas, todo está en el suelo hecho pedazos.. Algún ladrón se ha metido a robar, el caso es que el paradero de la hija de Aliandelon es ahora un misterio.. pero misterio mayor es que, a unos pocos metros hay un sujeto del que apenas se distingue su silueta. Permanece tranquilo, leyendo un libro, cobijado por las sombras.. No pasan más que unos pocos segundos cuando la puerta de la cabaña se abre y dos sujetos aparecen. Uno está rapado de la cabeza, el otro es de estatura baja. Son los mismos que aparecieron espiando a Oga y compañía no hace mucho.

Los sujetos se hacen de palabras discretas, después dicen que van por Oga y los demás.. Avanzan amenazantes, Oga se da cuenta que han sido rodeados, pero uno de sus problemas, quizás el más inquietante de todos, se retira. El sujeto que leía un libro arroja una pequeña pelota al suelo y en medio de él se forma un círculo que lo transporta a otra dimensión, algo imposible, ya que Lamia se percata que su enigmático enemigo no se trata de un sujeto con las habilidades de Aliandelon.. Esa pelota, realmente una joya, ha sido creada por un demonio trans-dimensional de la familia real.. Esto no para de complicarse más..

Los sujetos que permanecen se aproximan a Oga, pero la pesadilla de Ishiyama no anda para juegos. Los derrota en fracciones de segundo, después hace emerger todo lo que saben. La hija de Aliandelon ha sido secuestrada por una banda de ladrones, seguramente la tendrán en su escondite. Hay prisas por dejar a esos dos atados y proseguir la búsqueda de esta niña cuanto antes, pero Furuichi recoje una foto destruida del suelo, en la que se aprecia a la recién secuestrada como una belleza de porte, linda como pocas. Ya hay mucha motivación adicional, Furuichi está dispuesto a salvar a esa niña a casi cualquier costo..