Ranma intenta por todos los medios recuperar el mapa, incluso se transforma en mujer para abrirse alguna oportunidad, pero ya no es pieza para enfrentar a nadie, y a Happosai aún menos. Es vencido, muchas veces vencido. Tantas en una sola ocasión que ese mismo instante supera a todo lo positivo, un conjunto que parecía valioso, pero fue demasiado momentaneo. Absurdo a distancia, demasiado complicado en persona. Ranma se levanta, Akane y Ukyo tratan de reconfortarlo. Es el punto de quiebre, en dónde las palabras de ánimos son una especie de ofensa, la última de todas. Alentar es indigno, también absurdo, ya no hay esa clase de entendimiento. Y así Ranma se aleja, en silencio, sin compañía. Un trago de soledad lejos de lo más importante en su vida seguro creará algún tipo de significado. Akane no lo entiende, incluso se molesta, Ranma tampoco la entiende. Menos aún.

Ya no se dirigen más la palabra estos dos, pero Akane se pone pensativa, quizás presiente algo. Al día siguiente, espera recuperar palabras con Ranma, pero poco conseguirá si no lo encuentra más.. Ranma ha abandonado la casa Tendo, también Genma.. ¿Sin despedirse? ¿Así nada más? Akane camina rumbo a la escuela, sola, hacía meses que no lo hacía así. En aquel tiempo parecía tan normal no llevar a nadie a su lado, ahora no hay nada más extraño que esto..

Akane se detiene a medio camino, intentado entender porqué Ranma se ha ido sin decir una sola palabra. No es que sea importante, piensa.. después a su alrededor se forma la razón.. el aire enfurece, pide atención, y una lluvia de hojas, todas marchitas, caen susurrando a su oido, contando un pequeño secreto.. Abrupto, el aire empuja con fuerza, cambia de dirección, las últimas hojas no cubren el piso, sino que son llevadas a lo lejos.. Después de todo es cierto, no era difícil descubrirlo, Akane ya no lo sospecha, probablmenete lo sabe ya- - [Continúa página 26]

..Y para qué son los amigos, diría Ryoga. Ryoga aparece en escena y ayuda a Ranma a proseguir con su entrenamiento, que ahora consiste en pelear con arneses sensibles al calor humano. Si Ranma pierde el control de sus emociones, estos arneses apretarán su cuerpo hasta asfixiarlo.. o Ranma se controla o se controla, no hay más. Pero ahora hay otro problema. Ryoga habla mucho de ser capaz de matar a Ranma y lo que sea, pero no tiene la menor intención de atacar de forma seria a un amigo y menos en un momento tan débil. Al final el único que podía ayudarlo a dominar el Hyryu Shoten Ha, se niega a hacerlo.

El Ryoga nos resultó sentimental (¿serio?). No puede atacar a Ranma, su corazón no se lo permite porque ya no hay odio en el. Así, sin más, se acaba el entrenamiento y Ranma comienza a resignarse, pero Akane tiene un plan más rebuscado. Si no tiene espíritu de pelea para atacar, que mejor que sustituirlo con unos guantes ardientes, pero la idea es tan vaga como tonta. Akane comienza a quemarse y se lanza al agua, luego se reincorpora desilucionada y con su playera hecha cenizas. Se ha puesto en peligro para nada, encima Ranma se enfurece y le recuerda que por eso no la trajo a entrenar consigo. Palabras malditas que hacen brotar lágrimas en Akane, se siente inútil y además indeseable, así que sale corriendo del lugar, con un poco menos de ropa de lo ideal. Ranma la sigue con disculpas, no es que no la quisiera allí, es que no quería que lo viera así de vulnerable. Los dos se gritan un rato, la credibilidad se acabó con la vulnerabilidad, pero justo en ese momento Ryoga aparece y malinterpreta la situación. Todo indica que Ranma ha intentado sobrepasarse con Akane y eso sí amerita hacer sufrir al culpable hasta el fastidio, después asesinarlo.